Es evidente que, así como el alfabeto, la imprenta y la electricidad transformaron al mundo en épocas pasadas, las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs) creadas en el siglo anterior y que continúan desarrollándose de manera vertiginosa en este siglo, nos están llevando a un gran cambio social.
Ésta denominada era digital, al utilizar como material fundamental al código binario, ha pasado a sustituir a la palabra impresa y a las formas tradicionales de procesamiento de información.
Otros de los grandes cambios que estas tecnologías han propiciado, son la eliminación de las distancias (espacio físico) que separan a los interlocutores, el aumento ilimitado de la capacidad de almacenamiento (volumen) y la velocidad para acceder y procesar la información.
Es indudable que su incorporación, prácticamente en todos los ámbitos de actividad humana, ha producido importantes transformaciones sociales.
Por un lado, las redes de comunicación han fomentado la interactividad y creado un espacio intercultural; han favorecido el conocimiento de la diversidad y a la vez la aparición de comunidades sin que ninguno de los miembros pierda su identidad.
Han creado un entorno virtual, lleno de conocimientos, donde las transacciones pueden llegar a ser reales, un ciberespacio inagotable, un ambiente que permite todos los tipos imaginables de combinaciones, cambios y configuraciones de las redes.
Por otro lado, sin embargo, nos encontramos frente a un medio provisto de abundante información, mucha de ella sin calidad, y con marcos de referencia tan flexibles, que han dejado sin piso a los valores colectivos.
Lamentablemente, las TICs también han abierto más las brechas sociales ya existentes, han trastocado los cimientos comunitarios de la educación, y han incentivado el culto al individualismo.
Producto de esta sociedad de la información es el surgimiento de la globalización entendida como la eliminación de las barreras económicas y el libre tránsito de recursos y capitales, que produce la interdependencia económica.
El problema es que esta mentada globalización no ocurre de manera equilibrada, puesto que no todos tienen accesibilidad y posibilidades de participación. La globalización surgida por la nueva tecnología, ha obligado a eliminar las barreras comerciales a los países pobres, mientras que los desarrollados las han seguido manteniendo.
Ahondando esta situación, ya que gran parte de las actividades humanas han sido digitalizadas, las oportunidades de empleo están siendo eliminadas, agravando el ámbito laboral.
Ante este marco, las futuras generaciones de los países en vías de desarrollo como los latinoamericanos, deberán competir (premisa del sistema capitalista) para un trabajo, en condiciones de desigualdad frente a las de los países ricos, ya que se requerirá de nuevos conocimientos, nuevas habilidades y dominio de las tecnologías a las cuales no todos los habitantes de Latinoamérica, incluyendo nuestro país, tienen acceso, creándose de esta manera una nueva forma de analfabetismo.
Otro aspecto más significativo de la sociedad de la información es la Mundialización. Esta se manifiesta en la interdependencia planetaria en lo económico, científico, cultural y político.
Al igual que la globalización, la mundialización se da de manera desigual, se han traspasado las barreras culturales de los menos influyentes y se han insertado las más poderosas. Al darse este desequilibrio han aumentado desmedidamente las diferencias sociales y económicas.
Frente a esta grave situación, y a fin de evitar ser asimilados por las culturas que poseen las tecnologías, se plantea la necesidad de que la educación sea el eje que fortalezca nuestra identidad y mantenga nuestras sabidurías, evitando así la incidencia desmesurada de las culturas dominantes.
Por otro lado, el problema de la integración a las tecnologías en Latinoamérica se da principalmente en unos individuos más que otros. Según el Centro Interamericano para el desarrollo del conocimiento en la formación profesional,” las mujeres están quedándose atrás en cuanto a gozar de los beneficios de la mundialización” (OIT)
En nuestro país están en iguales condiciones los grupos étnicos como son los indígenas y de manera especial los afro-ecuatorianos, ya que las tendencias actuales favorecen a aquellos que tienen un alto nivel de formación y educación, y las mujeres y las minorías étnicas son las que tienen menos posibilidades de estudiar.
La educación se presenta una vez más como la base en la cual deberíamos trabajar para erradicar las desigualdades y es la llamada a ser la guía que nos permita utilizar la tecnología de forma consciente.
Para ello el desafío es transformar estos medios de información, en medios de aprendizaje pero para ello hay que realizar grandes cambios a fin de conciliar con estas NNTT.
Es imprescindible que la educación promueva la participación, la creación y la colaboración dentro del mundo digital. A la vez debe evitar la dependencia de las tecnologías, haciendo que esta participación de los individuos en los medios no solo sea un sometimiento a estas, sino un medio de formación.
No debemos olvidar tampoco que la educación debe fomentar la libertad de expresión y el uso ético y racional de las tecnologías en las redes, impulsar los valores colectivos y la igualdad ante la diversidad cultural.
El Ecuador no es ajeno a esta realidad, por lo que resulta importante que las instituciones educativas realicen transformaciones drásticas en su organización.
Es indispensable implementar las NNTT en todos planteles escolares, (hecho que ya se ha verificado en algunos de los sectores más pobres del país) y es urgente la instrucción a los profesores tanto en la parte técnica como metodológica, para que entiendan y utilicen estas tecnologías, didácticamente.
Es indudable que, en lo que se refiere a educación superior en nuestro país, los pasos ya han sido dados principalmente por la UTPL. La creación de cursos de educación a distancia a través de asesorías en red y video conferencias, ha favorecido a estudiantes de diversos lugares dentro y fuera del país.
Gracias a esta iniciativa algunos maestros se han visto beneficiarios de nuevos conocimientos, nuevos enfoques de enseñanza, y se les ha permitido involucrarse en las TICs y ponerlas al servicio de los educandos.
Bibliografía
Martínez Sánchez, Francisco (2011) Tecnología Educativa para la gestión Guía Didáctica, Editorial de la UTPL, Loja-Ecuador.
Martínez Sánchez F. y Prendes Espinoza M. coordinadores, Nuevas Tecnologías y Educación, Pearson Educación S.A., España.
OIT, Cinterfor, Los retos de la mundialización- Un mundo del trabajo en vertiginoso cambio, http://www.cinterfor.org.uy/public
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